Cada
vez que recibo un mail de uno de mis lectores/compradores de mi
primer libro de relatos me siento invadido por una agradable
sensación de hormigueo. De algún modo me retrotrae a aquellas
interminables noches de mi niñez en la víspera de Reyes, cuando la
emoción, cual poderosa cafeína, me impedía pegar ojo.
En
esta ocasión me complace hablaros de Chari
BR7.
A
Chari
podéis
encontrarla en el siguiente blog que ella misma administra:
¿Y
quién es Chari BR7? Para contestar a eso me remitiré al eslogan que
incluye en su perfil de Google Plus. Chari dice: «Soy
la caña».
Honestamente,
era la primera vez en mi vida que tenía constancia de tener una
seguidora que en realidad era una cerveza. Me la imaginaba perfectamente
contenida en una de esas deliciosas jarritas de cristal transparente
con relieves y una gran asa, de cuerpo dorado y burbujeante y cabeza
coronada por una gruesa capa de espuma blanca, dispuesta sobre una
coqueta mesita de jardín instalada en una amplia terraza, al sol del
mediodía, mientras lee con apasionamiento lector su ejemplar en
papel de Absurdamente.
Antología del absurdo Vol. I.
Mi
sorpresa llegó cuando recibí una fotografía que ella misma me
hacía llegar a través de mi dirección de correo electrónico. La
foto era ésta:
O
sea, que en realidad Chari BR7 no era una jarra de cerveza helada
sino una perrita. Y una perrita que además lee.
¿Será
por eso que ella misma no duda en definirse como “la caña”?
Porque, seamos sinceros, ¿a cuántas perritas conocéis que sepan
leer? Y no sólo eso, sino que encima manifiesten tan buen gusto a la
hora de seleccionar sus lecturas. Y si no me creéis, o pensáis que
estoy exagerando, ahí va otra de las fotos que Chari tuvo a bien
hacerme llegar:
Ahí
lo tenéis, a mi libro, tan lozano él y tan orgulloso de poder
compartir estantería junto a los libros del maestro Tom Sharpe.
Desde luego, Chari sí que sabe. ; )
Además
de las fotos, Chari me hizo llegar el siguiente texto a propósito de
la lectura de mi libro de relatos. Eso sí, ignoro cómo se lo monta
para poder teclear con soltura con esas patitas suyas de perrita que
le presupongo. Confío en que ella misma me desvele algún día el
misterio para poder usarlo en alguno de mis relatos absurdos.
UNA RESEÑA DESDE EL CARIÑO Y LA RISA
por Chari BR7
Quería haberme regalado el libro de Pedro Fabelo para Reyes, pero
no pude resistirme a pedirlo antes. Como le dije a él, soy la Reina
de la Impaciencia; con mayúsculas. Tampoco he podido resistirme a
devorarlo. En cuanto cayó en mis manos y leí la presentación supe
que iba a gustarme, y no me equivocaba.
“Absurdamente” es el primer libro “en papel” que he
comprado y leído desde hace más de dos años. El motivo: en mi
minúsculo apartamento apenas tengo sitio para ellos. Pero éste se
ha ganado un puesto de honor en mis estanterías, junto a los de mis
autores favoritos. Y es que es la antología que más me ha hecho
reír en mucho, mucho tiempo.
Sus 28 relatos, narrados de forma ágil, entretenida y pulida, están
perfectamente construidos, con unos principios intrigantes y finales
desternillantes, ambos en sincronía. Calidad literaria en estado
puro. Sus cuentos están llenos de lo que normalmente llamamos ironía
o sarcasmo… y algo más, algo que el autor define como “humor
absurdo”. Para saber de qué hablo, nada mejor que leer la
introducción a su obra, aunque permitidme adelantaros algo: no os
dejará indiferentes. Se trata de un humor inteligente, ese que,
además de dejarte un buen sabor de boca, te lleva a pensar. Y a
querer seguir leyendo. Es adictivo, resulta casi imposible dejarlo,
siempre te quedas con ganas de más.
No podría decidir entre todos los relatos cuál es el que más me ha
gustado, pero hubo tres que me hicieron doblarme de la risa y que no
puedo dejar de mencionar: “El otro tío”, “Diario de un taxista
en Nueva York” y “Rumpelstikin (la versión definitiva). ¡¡Si
hasta me he aprendido los títulos, y eso que tengo memoria de pez!!
Fibi (mi perrita) se asustó al oír mis carcajadas mientras los
leía.
He pasado unos días complicados y le debo a la lectura del libro de
Pedro algunos de los mejores momentos, instantes de risa desaforada,
de perplejidad, de sorpresa, de diversión. Buenos momentos, en
definitiva, que me llevan a recomendar a todos el consumo de estas
“píldoras de humor absurdo” que son capaces de hacer aflorar una
sonrisa incluso en los días más grises.
Como dije antes, Absurdamente, antología del absurdo Volumen I
se ha ganado a pulso un lugar de honor en mis estanterías. Pedro
Fabelo se lo ha ganado en mi corazón. Gracias por tantos buenos
momentos, espero que vengan muchos, muchos más.
Un beso, Pedro.
Chari
Como
digo siempre, y disculpadme que insista —como el Matías Prats en
su dichoso anuncio de TV—, después de leer algo así lo único que
me sale decir es: ¡Gracias, Chari!